sábado, 6 de abril de 2013

EJERCICIO Y CANCER COLO-RECTAL

En los últimos años se habla mucho sobre estilos de vida. No sólo la genética influye en las enfermedades, nuestros hábitos de vida -más o menos saludables- interfieren hasta tal punto que modifican, previenen o precipitan la mayoría de ellas.

Hay una asociación entre el contenido de grasa corporal y el riesgo de cáncer de colon, al igual que la obesidad central (acumulación de grasa en el abdomen) incrementa ese riesgo. Asimismo una reducción del peso tiene un efecto beneficioso en la prevención.

El ejercicio físico puede mejorar tu salud y tu calidad de vida. Favorece el descanso, incrementa la fuerza muscular, reduce el cansancio, nos hace sentirnos más activos por lo que también tiene efectos psicológicos positivos. También facilita la motilidad intestinal, reduciendo así la aparición de estreñimiento.

Para empezar a hacer ejercicio es aconsejable marcarse unos objetivos dependiendo del momento de la enfermedad en el que nos encontremos.

Durante los tratamientos es aconsejable realizar un ejercicio suave, por ejemplo caminar. Inmediatamente después de los tratamientos se puede ir aumentando la intensidad del ejercicio.

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